El dolor lumbar o ciática se trata a menudo con inyecciones epidurales que incluyen corticoesteroides. Estas inyecciones proporcionan un alivio rápido en los casos agudos y pueden ser una alternativa a la cirugía espinal para los pacientes que no pueden o no quieren someterse a ella.
Algunas personas con dolor crónico acuden regularmente a clínicas del dolor para recibir inyecciones repetidas para su dolencia.
Historia
Hacia 1900, en París, se administraron por primera vez inyecciones epidurales utilizando cocaína en lugar de corticosteroides. Este trabajo de investigación indaga en los orígenes y el desarrollo de estas inyecciones, examinando concretamente su transformación de un modesto procedimiento de laboratorio a un tratamiento médico ampliamente aceptado en todo el mundo.
El objetivo principal no es sólo ahondar en los hechos históricos, sino comprender cómo ha prosperado esta terapia a pesar de los continuos debates sobre su eficacia y los problemas de seguridad.
La cuestión de quién trató al primer paciente con una inyección epidural para el dolor lumbar es objeto de debate, con dos afirmaciones enfrentadas. Jean-Anasthase Sicard hizo la primera mención pública de estas inyecciones durante su discurso ante la Societé de Biologie de París el 20 de abril de 1901.
Sin embargo, antes del discurso de Sicard, Fernand Cathelin, de París, ya llevaba varios meses administrando inyecciones epidurales a pacientes. Tanto Sicard como Cathelin no inventaron directamente estas técnicas, sino que perfeccionaron métodos anestésicos ya existentes, descritos anteriormente por James Corning, de Estados Unidos, y August Bier, de Alemania.
Cabe señalar que la Figura 1 muestra retratos de ambos individuos.
A menudo se reconoce a Corning por haber realizado la primera punción espinal directa en una persona viva en 1885. En un intento de aliviar los efectos de la «debilidad espinal y la incontinencia seminal» causadas por la masturbación habitual,
Corning inyectó una solución de cocaína en el espacio epidural a nivel de T11-T12. En 1895, Bier indujo con éxito la anestesia de la parte inferior del cuerpo inyectando una solución de cocaína en el espacio intratecal de uno de sus residentes.
Desgraciadamente, este procedimiento dio lugar a complicaciones, ya que el individuo experimentó un dolor de cabeza prolongado e intenso que duró más de una semana debido a la baja presión intracraneal.
Al incorporarse en 1896 al laboratorio de los neurólogos Fulgence Raymond y Edouard Brissaud en el renombrado Hospital de La Salpetrière, Sicard se embarcó en sus investigaciones sobre la columna vertebral.
Su proyecto tenía dos objetivos principales: en primer lugar, abordar el estudio de la columna vertebral desde un punto de vista clínico en lugar de centrarse únicamente en la anatomía o la fisiología, y en segundo lugar, introducir la práctica de inyectar líquidos medicinales en la columna vertebral en lugar de extraer líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar.
El trabajo de Sicard se vio influido por las contribuciones anteriores de Corning y Bier en este campo, lo que dio forma a su enfoque de la investigación sobre la columna vertebral.
Utilizando la experimentación animal como punto de partida, Sicard se aventuró en su investigación. Inyectando una pequeña cantidad de cocaína, consiguió anestesiar con éxito la parte inferior del cuerpo de los perros.
A diferencia del enfoque de Bier, Sicard adoptó la «vía caudal», evitando las vértebras lumbares y accediendo en su lugar a las raíces sacras a través del primer agujero sacro dorsal. Este método implicaba preservar cuidadosamente la capa externa de las meninges y dirigirse específicamente al espacio epidural.
Para perfeccionar sus habilidades, Sicard reprodujo estas inyecciones en cadáveres humanos. Finalmente, pasó a administrar dichas inyecciones a pacientes que sufrían dolor, aplicando sus conocimientos en un entorno práctico.
Sicard compartió los resultados clínicos de nueve pacientes durante una reunión de la Societé de Biologie celebrada en París el 20 de abril de 1901. Entre estos casos, dos individuos padecían mielopatía sifilítica, dos sufrían lumbalgia y cuatro presentaban ciática. Cabe destacar que el tratamiento administrado por Sicard no sólo carecía de dolor y riesgo, sino que además tuvo un éxito considerable.
Famoso como destacado «médico del dolor», Sicard hizo importantes contribuciones en este campo. Durante la Primera Guerra Mundial, realizó alcoholizaciones para aliviar las lesiones nerviosas periféricas, centrándose específicamente en la causalgia.
El trabajo pionero de Sicard se extendió a la radiología de contraste, donde colaboró con Jacques Forestier para realizar el primer epidurograma. En cambio, los intereses de Cathelin se centraban principalmente en la cirugía y la anestesia, con menos énfasis en el tratamiento del dolor.
En 1925, Viner, de Montreal, adoptó el enfoque caudal, sustituyendo la cocaína por novocaína. Administró múltiples inyecciones a pacientes que sufrían ciática, lo que produjo un notable alivio del dolor y resultados favorables.
En particular, la hernia discal, que ahora se reconoce ampliamente como causa común de la ciática, no se reconoció de forma generalizada hasta 1934, cuando Mixter y Barr introdujeron este conocimiento.
En 1930, Evans empleó la técnica de inyección caudal con solución salina normal y clorhidrato de procaína para tratar a 40 pacientes diagnosticados de «ciática idiopática». Este tratamiento produjo un alivio completo en 24 pacientes y una notable mejoría en 6 pacientes.
El enfoque innovador de Evans incluía el uso de volúmenes mayores, mostrando la difusión de 100 ml de líquido por todo el canal medular inyectándolo en la base del sacro.
La cortisona, o «compuesto E», se descubrió a principios de los años 20 gracias a las investigaciones de la Clínica Mayo. Después de la Segunda Guerra Mundial, el tratamiento con corticosteroides dio resultados notables para la artritis reumatoide.
Los reumatólogos italianos Robecchi y Capra sugirieron que la inflamación también podía contribuir a la lumbalgia y la ciática. Los casos exitosos implicaban la infiltración de hidrocortisona en la primera raíz nerviosa sacra.
Siguieron otros estudios, como el de Lievre et al. sobre el uso de la hidrocortisona para la ciática y el informe de Goebert et al. sobre los corticoesteroides epidurales en Estados Unidos.
Los ensayos no controlados entre 1950 y 1990, resumidos en la Tabla 2 [21-29], se centraron en la administración de corticosteroides epidurales para el tratamiento de la ciática. Las inyecciones intratecales disminuyeron debido al riesgo de meningitis. A pesar de las limitaciones, estos estudios influyeron en el uso de corticosteroides para la ciática.
Los primeros estudios controlados aleatorizados realizados en la década de 1970 arrojaron resultados contradictorios. Sigue siendo difícil obtener una respuesta positiva consistente a los corticoesteroides epidurales para la ciática.
Estado actual
La técnica y las aplicaciones de las inyecciones epidurales han evolucionado con el tiempo, con variaciones en los anestésicos y glucocorticoides utilizados. La tendencia se ha desplazado hacia las inyecciones interlaminares y transforaminales guiadas por fluoroscopia.
Aunque los corticoesteroides epidurales se administran habitualmente para diversas afecciones de la columna vertebral, su eficacia específica para la ciática está respaldada por pruebas limitadas. Los estudios de seguridad han identificado tanto efectos secundarios comunes como complicaciones graves poco frecuentes.
La FDA ha emitido advertencias y aplicado medidas de seguridad, suscitando debates entre los expertos sobre los riesgos asociados y las precauciones necesarias. El debate en curso gira en torno a la advertencia de clase para las inyecciones epidurales lumbares.
La difusión mundial de las inyecciones epidurales fue lenta en comparación con otras ideas médicas. La introducción de los corticoesteroides y los ensayos clínicos positivos de los años 60 y 70 contribuyeron a su popularidad, a pesar de las limitadas pruebas científicas.
Se necesitan más datos y tener en cuenta las cuestiones de seguridad. Las complicaciones graves de las inyecciones epidurales lumbares para el dolor de espalda y la ciática son raras.
¿Tienes más preguntas?
¿Qué es exactamente una inyección epidural lumbar?
Una inyección epidural lumbar consiste en administrar medicación, normalmente un corticoesteroide con o sin anestésico, directamente en el espacio epidural que rodea la médula espinal. El objetivo es reducir la inflamación y el dolor asociados a la ciática.
¿Qué tipos de medicamentos se utilizan en las inyecciones epidurales lumbares?
Las inyecciones suelen contener un corticoesteroide, como metilprednisolona o triamcinolona, que reduce la inflamación. A veces, también se incluye un anestésico local, como lidocaína o bupivacaína, para proporcionar un alivio inmediato del dolor.
¿Cómo ayuda una inyección epidural lumbar en la ciática?
La inyección ayuda administrando medicación antiinflamatoria directamente en la zona de irritación o compresión alrededor de las raíces nerviosas, lo que puede reducir la hinchazón, aliviar el dolor y mejorar la función.
¿Cuánto tarda en hacer efecto la inyección?
Algunos pacientes pueden experimentar alivio en cuestión de horas debido al anestésico. Sin embargo, los efectos completos del corticoesteroide pueden tardar de 2 a 7 días en manifestarse.¿Cuánto duran los efectos de una inyección epidural lumbar?
¿Cuánto duran los efectos de una inyección epidural lumbar?
La duración del alivio del dolor varía. Algunos pacientes pueden experimentar alivio durante varias semanas o meses, mientras que otros pueden tener un alivio de menor duración.
¿Cuántas inyecciones necesitaré?
Esto depende de tu respuesta a la primera inyección. Algunos pacientes pueden beneficiarse de una serie de tres inyecciones, espaciadas unas semanas, mientras que otros pueden necesitar menos o más inyecciones.
¿Es doloroso el procedimiento?
Puedes sentir algunas molestias durante el procedimiento, sobre todo cuando se inserta la aguja. Sin embargo, la mayoría de los pacientes toleran bien el procedimiento, y se utilizan anestésicos locales para minimizar el dolor.
¿Cuáles son los riesgos asociados a las inyecciones epidurales lumbares?
Los riesgos suelen ser bajos, pero pueden incluir infección, hemorragia, dolor de cabeza, lesiones nerviosas o reacciones alérgicas. En raras ocasiones, puede haber complicaciones más graves, como una punción dural o un hematoma epidural.
¿Pueden curar la ciática las inyecciones epidurales lumbares?
Aunque estas inyecciones pueden reducir significativamente el dolor y la inflamación, no curan la causa subyacente de la ciática, como una hernia discal o una estenosis espinal.
¿Puedo volver a mis actividades normales después de la inyección?
La mayoría de los pacientes pueden volver a sus actividades normales al día siguiente, pero debes evitar las actividades extenuantes durante 24-48 horas después de la inyección.
¿Quién es un buen candidato para una inyección epidural lumbar?
Los pacientes con ciática aguda o crónica que no ha respondido bien a tratamientos conservadores como la fisioterapia, los medicamentos o el reposo pueden ser buenos candidatos. También es adecuada para pacientes que buscan retrasar o evitar la cirugía.
¿Qué eficacia tienen las inyecciones epidurales lumbares para la ciática?
Los estudios clínicos sugieren que las inyecciones epidurales lumbares pueden proporcionar un alivio significativo del dolor a corto plazo para muchos pacientes. Sin embargo, la eficacia a largo plazo es variable, y algunos pacientes pueden no experimentar un alivio significativo.
¿Qué debo esperar durante la intervención?
Durante la intervención, te tumbarás boca abajo o de lado. Tras limpiar el lugar de la inyección, el médico adormecerá la zona con un anestésico local. Utilizando rayos X como guía, el médico introducirá una aguja en el espacio epidural e inyectará la medicación.
¿Existen alternativas a las inyecciones epidurales lumbares?
Sí, entre las alternativas están la fisioterapia, los medicamentos orales, los bloqueos nerviosos, la ablación por radiofrecuencia y la cirugía, dependiendo de la gravedad y la causa de la ciática.
¿Ayudará la inyección tanto con el dolor de espalda como con el dolor de piernas?
Las inyecciones epidurales lumbares se dirigen principalmente al dolor de piernas (radiculopatía) debido a la ciática. También pueden ayudar con el dolor lumbar asociado, pero el principal beneficio suele verse en el alivio del dolor de piernas.
¿Puedo recibir una inyección epidural si tengo otras enfermedades?
Los pacientes con determinadas afecciones médicas, como diabetes no controlada, infecciones o trastornos de la coagulación sanguínea, pueden tener que comentar su situación con el médico. En algunos casos, puede ser necesario posponer o modificar la intervención.
¿Hay efectos secundarios a largo plazo de las inyecciones epidurales lumbares?
Los efectos secundarios a largo plazo son raros, pero las inyecciones repetidas de corticosteroides pueden debilitar los huesos o los tendones y aumentar los niveles de azúcar en sangre en los pacientes diabéticos.
¿Qué debo hacer para prepararme para la intervención?
Tu médico te dará instrucciones específicas, que pueden incluir la interrupción de ciertos medicamentos antes del procedimiento. También debes organizarte para que alguien te lleve a casa después.
¿Puedo recibir una inyección epidural lumbar si estoy embarazada?
Las inyecciones epidurales lumbares suelen evitarse durante el embarazo a menos que sean absolutamente necesarias, debido a los riesgos potenciales para la madre y el feto.
¿Cómo se determina el lugar de la inyección?
El lugar de la inyección suele determinarse por tus síntomas y los resultados de la resonancia magnética o la tomografía computarizada. El médico utiliza la guía por imagen, como la fluoroscopia, para asegurarse de que la aguja se coloca correctamente en el espacio epidural.
¿Qué ocurre si la inyección no me alivia el dolor?
Si la inyección no proporciona alivio, tu médico puede sugerirte otros tratamientos, como inyecciones adicionales, fisioterapia u opciones quirúrgicas, dependiendo de la causa de tu ciática.
¿Necesitaré pruebas de imagen antes de ponerme una inyección epidural?
Sí, suelen ser necesarias pruebas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada para determinar la causa exacta de tu ciática y ayudar a guiar la inyección.
¿Puedo recibir una inyección epidural más de una vez?
Sí, pero la mayoría de los médicos limitan el número de inyecciones para evitar los posibles efectos secundarios de los corticoesteroides. Normalmente, no se administran más de tres inyecciones en un periodo de seis meses.
¿Cuáles son los signos de que debo llamar a mi médico después de la inyección?
Ponte en contacto con tu médico si experimentas dolor intenso en el lugar de la inyección, fiebre, dolor de cabeza persistente, debilidad o pérdida de control de la vejiga/el intestino después de la inyección. Pueden ser signos de complicaciones que requieran atención inmediata.
¿Qué debo hacer después de la inyección para garantizar los mejores resultados?
Tras la inyección, descansa el resto del día. Sigue las instrucciones de tu médico, que pueden incluir reanudar la fisioterapia o los ejercicios para fortalecer la espalda y reducir el riesgo de futuras reagudizaciones.

