Artritis

El término artritis significa literalmente inflamación de una articulación, pero en general se utiliza para describir cualquier afección en la que haya daños en el cartílago. La inflamación es la respuesta natural del organismo a una lesión. Las señales de alarma que presenta la inflamación son enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor.

El revestimiento cartilaginoso de la articulación que actúa como un acolchado que absorbe la tensión y junto con el líquido articular permite un movimiento suave con la menor fricción. La proporción de daño cartilaginoso e inflamación sinovial varía según el tipo y el estadio de la artritis. Normalmente, el dolor al principio se debe a la inflamación. En las últimas fases, cuando el cartílago está desgastado, la mayor parte del dolor procede de la fricción mecánica de los huesos en carne viva que rozan entre sí.

Hay más de 100 tipos diferentes de artritis. Los más frecuentes son:

Artrosis: La artrosis también se denomina enfermedad articular degenerativa; es el tipo más común de artritis, que suele darse en personas mayores. Esta enfermedad afecta al cartílago, el tejido que amortigua y protege los extremos de los huesos de una articulación. Con la artrosis, el cartílago empieza a desgastarse con el tiempo. En casos extremos, el cartílago puede desgastarse por completo, sin dejar nada que proteja los huesos de una articulación, provocando el contacto hueso con hueso. Tiende a formarse hueso adicional a los lados de las articulaciones para estabilizarlas, como mecanismo protector del cuerpo, y puede verse como una protuberancia que sobresale en el extremo de una articulación en un examen o radiografía. Esto se denomina espolón óseo.

La artrosis causa dolor articular y puede limitar la amplitud de movimiento normal de una persona (la capacidad de mover y doblar libremente una articulación). Cuando es grave, la articulación puede perder todo movimiento, provocando una discapacidad. La discapacidad se produce con mayor frecuencia cuando la enfermedad afecta a la columna vertebral, las rodillas y las caderas, pero puede afectar a casi cualquier articulación del cuerpo.

Ocasionalmente, los pacientes con artrosis pueden presentar un deterioro repentino de la función junto con dolor e hinchazón. Esto suele deberse a un desgarro del menisco o del cartílago, con la consiguiente formación de un colgajo que contribuye a la aparición repentina de dolor. En pacientes con artritis leve/moderada, ocuparse de la patología secundaria puede ayudar a mejorar la función, aliviar el dolor y ralentizar el proceso de la artritis.

Artritis reumatoide: Se trata de una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del organismo (la forma que tiene el cuerpo de luchar contra las infecciones) ataca a las articulaciones, los tejidos y los órganos sanos. Esta enfermedad, que se da con mayor frecuencia en mujeres en edad fértil (15-44 años), inflama el revestimiento (o sinovio) de las articulaciones. Puede causar dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de función en las articulaciones. Cuando es grave, la artritis reumatoide puede deformar, o cambiar, una articulación. Por ejemplo, las articulaciones del dedo de una persona pueden deformarse, haciendo que el dedo se doble o curve.

La Artritis Reumatoide afecta sobre todo a las articulaciones de las manos y los pies y tiende a ser simétrica. Esto significa que la enfermedad afecta a las mismas articulaciones de ambos lados del cuerpo (ambas manos o ambos pies) al mismo tiempo y con los mismos síntomas. Ninguna otra forma de artritis es simétrica. Aproximadamente dos o tres veces más mujeres que hombres padecen esta enfermedad.

Artritis postraumática: Se denomina artritis postraumática a la artritis que se desarrolla tras una lesión en los huesos cercanos o que afectan a la superficie articular. Puede desarrollarse años después de un traumatismo, como una fractura, un esguince grave o una rotura de ligamentos. También puede deberse a actividades de uso excesivo o microtraumatismos múltiples, como ocurre con los deportes o la actividad laboral.

Artritis psoriásica: Esta forma de artritis se da en algunos pacientes con psoriasis, un trastorno cutáneo descamativo, que afecta a las articulaciones de los extremos de los dedos de manos y pies. También puede provocar alteraciones en las uñas de manos y pies. Puede producirse dolor de espalda si afecta a la columna vertebral.

Artritis Infecciosa o Séptica: Esta forma de artritis es poco frecuente y está causada por una infección de la articulación debida a microorganismos como bacterias o, raramente, hongos o tuberculosis, entre otros. Suele ir asociada a hinchazón, enrojecimiento y fiebre. Estos pacientes pueden necesitar tratamiento urgente que puede incluir drenaje y necesitarán tratamiento antibiótico prolongado.

Causas de la artritis

La artrosis está causada por el desgaste del cartílago que recubre los extremos óseos de una articulación. Puede deberse a un esfuerzo excesivo durante periodos prolongados, o a otras enfermedades, lesiones o deformidades articulares. La artrosis primaria suele asociarse al envejecimiento y a la degeneración general de las articulaciones.

La artrosis secundaria suele ser consecuencia de otra enfermedad o afección, como traumatismos o intervenciones quirúrgicas repetidas en la articulación afectada, o estructuras articulares anómalas desde el nacimiento.

La artritis reumatoide suele producirse cuando los genes responsables de la enfermedad son desencadenados por una infección o cualquier factor ambiental. Con este desencadenante el cuerpo produce anticuerpos, el mecanismo de defensa del cuerpo, contra la articulación y puede causar artritis reumatoide.

Las fracturas en las superficies articulares y las luxaciones articulares pueden predisponer a una persona a desarrollar artritis postraumática. Se considera que el organismo segrega determinadas hormonas tras la lesión que pueden provocar la muerte de las células del cartílago.

La acumulación de cristales de ácido úrico es la causa de la gota, y la acumulación de cristales a largo plazo en las articulaciones puede provocar deformidades.

Síntomas de la artritis

Hay más de 150 formas diferentes de artritis. Los síntomas varían según la forma de Artritis. Cada forma afecta al organismo de forma diferente. Los síntomas artríticos suelen incluir hinchazón y dolor o sensibilidad en una o más articulaciones durante más de dos semanas, enrojecimiento o calor en una articulación, limitación del movimiento de la articulación, rigidez por la mañana temprano y cambios en la piel, incluidas erupciones.

Diagnóstico

Los médicos diagnostican la artritis con una historia clínica, una exploración física y radiografías de la parte afectada. También se realizan tomografías computarizadas (TC) y resonancias magnéticas (RM) para diagnosticar la artritis, así como patologías secundarias que puedan contribuir a la disfunción y el dolor.

Opciones de tratamiento

La artritis no tiene cura. Tu médico puede recetarte medicamentos antiinflamatorios. Puede recomendarte terapia ocupacional o fisioterapia, que incluye ejercicios y tratamiento con calor. En casos graves, puede sugerirse la cirugía. El tipo de cirugía dependerá de tu edad y de la gravedad de la enfermedad. En los ancianos con artritis grave, la sustitución articular puede dar buenos resultados.

El tratamiento inicial de la artritis es conservador, y consiste en reposo, evitar actividades en las que se cargue mucho peso y utilizar analgésicos y/o antiinflamatorios no narcóticos. Con el empeoramiento de los síntomas puede ser útil el uso de un bastón o aparatos ortopédicos. Para los síntomas más graves, suele aconsejarse una inyección de cortisona o viscosuplemento en la articulación, que puede ser bastante útil. Cuando se han agotado las medidas conservadoras, no ofrecen alivio y se ha vuelto incapacitante, puede recomendarse la cirugía. La cirugía suele considerarse si el tratamiento no quirúrgico no consigue aliviar. Hay distintos procedimientos quirúrgicos que pueden utilizarse y pueden incluir:

Artroscopia: La cirugía artroscópica para la artritis, especialmente la de rodilla, no ha demostrado beneficios a largo plazo, pero es una herramienta útil para los pacientes que han sufrido un deterioro repentino de su dolor y función, debido a un proceso secundario como una rotura de menisco o un colgajo de cartílago que recubre una artritis estable de grado bajo/moderado. Estos pacientes no suelen ser candidatos a la cirugía de sustitución articular debido a una forma más leve de artritis. La cirugía artroscópica en estos pacientes no sólo puede ayudarles a aliviar el dolor y recuperar la función, sino que también puede prevenir el deterioro acelerado de la artritis ocupándose de la patología secundaria.

Sinovectomía: Esta cirugía suele estar indicada en los primeros casos de artritis inflamatoria (como la artritis reumatoide) en los que hay una inflamación importante (sinovitis) que causa dolor o limita la amplitud de movimiento. La sinovectomía es la extirpación quirúrgica de la membrana sinovial inflamada (tejido que recubre la articulación). La intervención puede realizarse mediante artroscopia.

Artroplastia: En esta intervención, el cirujano extirpa la articulación afectada y la sustituye por un implante artificial. Suele realizarse cuando la articulación está gravemente dañada por artrosis, artritis reumatoide, artritis postraumática o necrosis avascular. El objetivo de la cirugía es aliviar el dolor y restablecer el funcionamiento normal de la articulación. La artroplastia total puede realizarse mediante un abordaje abierto o mínimamente invasivo.

Artrodesis: La fusión, también llamada artrodesis, consiste en extirpar las articulaciones y fusionar los huesos de la articulación mediante alambres o tornillos metálicos. Esta cirugía suele estar indicada cuando las articulaciones están muy dañadas, cuando hay movilidad limitada, daños en los ligamentos y tendones circundantes, artroplastia previa fallida y cuando se prevé un uso manual intenso.

Tu cirujano te explicará las opciones y te ayudará a decidir qué tipo de cirugía es la más adecuada para ti.

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Dr. Vedant Vaksha

Dr. Vedant Vaksha MD

Soy Vedant Vaksha, cirujano especialista en columna vertebral, deportes y artroscopia formado en Complete Orthopedics. Atiendo a pacientes con dolencias en el cuello, la espalda, los hombros, las rodillas, los codos y los tobillos. Apruebo personalmente este contenido y he escrito la mayor parte de él yo mismo.

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