Si el dolor en la columna cervical se vuelve lo suficientemente intenso como para interrumpir las actividades diarias o va acompañado de hinchazón, sensibilidad o enrojecimiento, es fundamental buscar atención médica.
En Complete Orthopedics, nuestros especialistas en columna cervical expertos destacan en el tratamiento del dolor cervical mediante métodos quirúrgicos y no quirúrgicos. Evaluamos los síntomas, identificamos el problema y sugerimos tratamientos adecuados, incluyendo cirugía si es necesario.
Atendemos a la ciudad de Nueva York y Long Island y colaboramos con seis hospitales, ofreciendo cirugía de columna cervical de última generación y servicios ortopédicos integrales. Las consultas con nuestros cirujanos ortopédicos pueden programarse en línea o por teléfono.
Infórmate sobre las causas más comunes del dolor cervical y las opciones de tratamiento disponibles, incluyendo cuándo la cirugía es la mejor opción.
Visión general
La mielopatía espondilótica cervical (MCS) se diagnostica clínicamente, teniendo en cuenta la historia clínica del paciente, la presencia de hallazgos anormales durante el examen físico y los estudios de imagen que confirman.
En algunos casos, el diagnóstico de mielopatía espondilótica cervical (MCS) puede confirmarse de forma inequívoca a través de la historia clínica del paciente, el examen físico y los estudios de imagen, mientras que en otros casos, la presentación puede ser menos sencilla. El CSM puede ser imitado por diversos trastornos neurológicos que presentan síntomas similares.
Anomalías intracraneales, desmielinizantes, de neurona motora, infecciosas, inflamatorias y metabólicas son algunas de las causas subyacentes de las condiciones neurológicas que pueden asemejarse al MCR.
Identificar el CSM es fundamental para minimizar el riesgo de diagnóstico tardío y discapacidad permanente derivada del deterioro neurológico progresivo. La CSM suele tener un inicio insidioso y tiende a avanzar gradualmente en un patrón escalonado.
Características diagnósticas primarias de la CSM
Aunque el diagnóstico de GSM depende de la historia clínica, el examen físico y los resultados de imagen, algunos pacientes pueden no presentar síntomas, mientras que otros solo pueden presentar un dolor leve de cuello o brazo.
El entumecimiento o torpeza en las manos, dificultades para caminar, rigidez en el cuello y las piernas, y alteraciones sensoriales en los brazos o piernas están entre los síntomas más frecuentes del GSM. Indicaciones adicionales de GSM incluyen atrofia muscular en las manos, reflejo positivo de Hoffman o Babinski, alteraciones motoras, hiperreflexia, una marcha inestable con una base ancha, así como problemas en el control intestinal y de vejiga.
La imagen diagnóstica desempeña un papel crucial en la identificación y verificación del GSM, así como en la visualización del grado de compresión en la médula espinal. Tras radiografías simples, la resonancia magnética (RM) suele emplearse como modalidad inicial de imagen, ya que puede evaluar las dimensiones del conducto espinal y las vértebras, la gravedad de cambios degenerativos como la espondilosis, el grado de compresión en la médula espinal y cualquier anomalía estructural.
La diversidad de signos y síntomas asociados al GSM y sus distintos grados de gravedad pueden dificultar diferenciarlo de otras condiciones.
Por ello, es fundamental reconocer las características distintivas del GSM teniendo en cuenta factores como la demografía del paciente, los hallazgos del examen físico, la resonancia magnética y otras pruebas de imagen, así como la historia clínica relevante.
Condiciones congénitas o anatómicas
La hipoplasia del atlas y la estenosis cervical congénita están entre las anomalías congénitas que se han identificado como posibles causas de mielopatía. Cuando las radiografías laterales sugieren la posibilidad de anomalías congénitas, es necesario utilizar una resonancia magnética o tomografía computarizada para verificar el diagnóstico y obtener una comprensión más precisa de las estructuras anatómicas implicadas.
La mielomalacia en los pacientes puede visualizarse mediante imágenes de resonancia magnética, que pueden mostrar áreas de hiperintensidad en imágenes ponderadas en T2 e hipointensidad en imágenes ponderadas en T1 de la médula espinal.
Degenerativo
La literatura ha informado de condiciones degenerativas atípicas como una posible causa de síntomas progresivos de mielopía cervical. El diagnóstico de hernia discal retroodontoide puede establecerse mediante una resonancia magnética, que muestra una masa de tejido blando comprimiendo la médula y la médula cervical superior desde la parte posterior.
La resonancia magnética con contraste puede ser un método eficaz para identificar la localización de quistes sinoviales. Específicamente, se puede observar una lesión extradural aumentada situada en la parte posterior del cordón y en proximidad a una articulación facetaria, lo que provoca un desplazamiento anterior del cordón. Estos diagnósticos pueden confirmarse mediante un examen de tejidos.
Diagnósticos neoplásicos
Aunque algunos resultados de resonancia magnética pueden ser poco comunes en el CSM, es necesaria una evaluación histológica para confirmar el diagnóstico. La degeneración multinivel que provoca una compresión severa de la médula espinal puede dar lugar a un diagnóstico inicial de MCR, lo que puede provocar una laminectomía bilateral.
Los seguimientos posteriores de la resonancia magnética pueden revelar hiperintensidades de T2 y un aumento persistente del contraste en los niveles C3-C4, que se cree están asociados con la progresión de la mielopatía en la etapa de gliosis. Se puede obtener información sobre el diagnóstico diferencial en relación con el CSM considerando la edad y la historia médica previa del paciente.
Un estudio de caso en la literatura describió a un paciente de 23 años que tenía antecedentes médicos de cuádriceparesis causada por mielitis infecciosa a los 13 años y que dejó la cirugía de osteocondroma del gran trocánter a los 15. El paciente experimentó un deterioro neurológico severo, y una resonancia cervical mostró una masa de 22 mm que estrechaba el canal espinal a 3 mm, comprimía la médula y presentaba una siringe asociada de 10 mm.
La masa fue extirpada y biopsiada, revelando osteocondroma sin anomalías pero sugiriendo transformación maligna. Según la edad y el historial médico de este paciente, puede que no sea apropiado un diagnóstico de CSM.
Diagnósticos inflamatorios o autoinmunes
La pseudogota en la región odontoide puede detectarse mediante resonancia magnética, donde puede parecer no aumentada e isointensa para el tejido neural en imágenes ponderadas en T1, y como heterogénea e hiperintensa en imágenes ponderadas en T2. Además, el uso de gadolinio puede revelar realce periférico.
La literatura ha documentado casos de sarcoidosis espinal que imita la mielopatía espondilótica cervical (CSM), donde se puede observar una región claramente definida de alta intensidad de señal dentro de la médula espinal en imágenes de resonancia magnética ponderada en T2.
Diagnóstico idiopático
La literatura también ha informado sobre procesos de enfermedad idiopática que pueden imitar la mielopatía espondilótica cervical (MCS). Se han examinado diferentes técnicas electrofisiológicas para diferenciar la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) de la mielopatía espondilótica cervical (MCS).
Una de las técnicas consiste en medir potenciales evocados motores (MEP) del músculo trapecio. En todos los casos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), los MEP del trapecio presentan anomalías, mientras que en pacientes con mielopatía espondilótica cervical (MCS) son normales.
Los hallazgos de la electromiografía (EMG) también pueden utilizarse como técnica para distinguir entre procesos de enfermedad idiopática y mielopatía espondilótica cervical (CSM). Los hallazgos de EMG están presentes tanto en las extremidades superiores como en las inferiores en casos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), mientras que las personas con síntomas similares a la ELA derivados de mielopatía espondilótica cervical (MCS) presentan hallazgos EMG únicamente en las extremidades superiores.
La evaluación de los EMG del músculo esternocleidomastoideo (SCM-EMG) y de potenciales somatosensoriales dermatómicos ha demostrado que los EMG SCM son anormales en individuos con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y normales en aquellos con mielopatía espondilótica cervical (CSM), mientras que los potenciales somatosensoriales dermatómicos evocados muestran el patrón contrario.
Patologías vasculares
Las observaciones por resonancia magnética de anatomía vascular modificada pueden ayudar a distinguir malformaciones arteriovenosas (MAV), fístulas arteriovenosas (AV) y otras vasculaturas anómalas de mielopatía espondilótica cervical (MCS). El diagnóstico puede confirmarse mediante los hallazgos de la angiografía. En los casos necesarios, la angiografía por RM puede utilizarse para confirmar la existencia de una malformación arteriovenosa intradural (MAV).
Análisis metabólicos
Para distinguir entre la calcinosis tumoral intraespinal de la columna cervical y la mielopatía progresiva, es necesaria una evaluación por resonancia magnética. La resonancia puede mostrar una masa extradural posterior que provoca compresión de la médula espinal, apareciendo como isointensa y heterogénea tanto en imágenes ponderadas en T1 como en T2, y mostrando una mejora significativa tras la administración de gadolinio.
El análisis tisular puede revelar depósitos de calcio y células gigantes extrañas encerradas en una cápsula fibrosa, que son características indicativas de la calcinosis tumoral. Al evaluar a un paciente con mielopatía espondilótica cervical (MCS), un examen neurológico completo debe incluir exámenes motores y sensoriales, evaluaciones de reflejos y la evaluación de signos provocativos.
La existencia de hiperreflexia y/o signos provocativos puede sugerir la presencia de mielopatía espondilótica cervical (MCS). En pacientes con mielopatía espondilótica cervical (CSM), la evaluación radiográfica suele revelar compresión de la médula espinal con o sin alteraciones de señal dentro de la médula.
Líquido cefalorraquídeo
Los perfiles del líquido cefalorraquídeo (LCR) desempeñan un papel crucial para distinguir entre diversas condiciones neurológicas. Aunque se han reconocido múltiples biomarcadores y sustancias, las decisiones clínicas sobre diagnósticos neurológicos se basan predominantemente en observaciones generales como la pigmentación, el recuento de leucocitos, la concentración de proteínas y los niveles de glucosa.
Al considerar afecciones que afectan a la columna y la médula espinal, los perfiles de LCR pueden ayudar a diferenciar trastornos neoplásicos, vasculares, infecciosos, inflamatorios o degenerativos. En caso de ausencia de infección, un aumento del recuento de glóbulos blancos (leucocitos) indica un trastorno inflamatorio o desmielinizante. Estas condiciones pueden incluir lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren, sarcoidosis, neuromielitis óptica o esclerosis múltiple (EM).
Electrodiagnóstico
Las pruebas electrodiagnósticas como EMG, electroneurografía o NCS, y potenciales evocados, pueden ayudar a distinguir a los pacientes con compresión neural espondilótica de aquellos con condiciones similares.
Los hallazgos anómalos en EMG pueden incluir ausencia de actividad de inserción en diversos trastornos neuromusculares, reducción de la actividad en trastornos metabólicos o actividad prolongada en músculos denervados. Los potenciales de fasciculación, aunque a veces presentes en músculos normales, también pueden ayudar en el diagnóstico de pacientes con denervación parcial crónica como la ELA.
Los cambios en el potencial de las unidades motoras también pueden ayudar en el diagnóstico de diversas enfermedades. Las descargas dobles al inicio de contracciones voluntarias pueden indicar trastornos de las células del cuerno anterior, raíces y nervios periféricos.
Las secreciones mioquímicas pueden reflejar mielopatía por radiación, EM, radiculopatía crónica, neuropatía por atrapamiento o siringomielia. Las secreciones neuromiotónicas pueden estar presentes en pacientes con neuropatía axonal periférica o desmielinizada.
El NCS proporciona valiosas mediciones de las velocidades de conducción motora y sensorial en los nervios periféricos. Las velocidades de conducción motora y sensorial de los nervios periféricos pueden cuantificarse mediante el NCS, que implica la colocación de dos electrodos en diferentes puntos a lo largo de un nervio periférico.
Se mide el intervalo de tiempo entre el estímulo y la respuesta registrada, y el resultado se divide por la distancia entre los dos electrodos. Si un paciente presenta quejas sensoriales bilaterales en las manos, es importante considerar la patología de la médula cervical como una posible causa. En tales casos, se debe realizar una resonancia magnética cervical incluso si el EMG/NCS indica síndrome bilateral del túnel carpiano.
La ELA es una condición que suele manifestarse en la mediana edad y afecta tanto a las neuronas motoras superiores como inferiores. Los pacientes con ELA suelen experimentar debilidad muscular, atrofia y fasciculaciones en sus extremidades, junto con espasticidad muscular.
La ELA se distingue de la MCS por la ausencia de cambios sensoriales o dolor, la presencia de fasciculaciones en la lengua y la función típica de vejiga e intestinos. Se han identificado biomarcadores del LCR, incluyendo la cistitina C, VGF y la proteína neuroendocrina 7B2, como útiles para distinguir la ELA de otras enfermedades neurodegenerativas y de individuos sanos.
Otros biomarcadores que pueden distinguir la ELA de otras enfermedades neurodegenerativas y de individuos sanos incluyen la eritropoietina, el factor de crecimiento hepatocínico y las subunidades de neurofilamentos.
Las cavidades o quistes anormales llenos de líquido que se forman en la médula espinal se conocen como siringomielia. La siringomielia presenta un inicio de síntomas más temprano en comparación con el CSM, pero, al igual que el CSM, se desarrolla de forma gradual y avanza de manera impredecible.
Los síntomas de la siringomielia incluyen pérdida sensorial, debilidad y atrofia en la extremidad superior, espasticidad en las piernas, disfunción de vejiga e intestino, y síndrome de Horner. En función de la presencia de síntomas similares, se recomienda considerar la siringomielia como posible diagnóstico al evaluar la CSM.
Se pueden experimentar síntomas similares a los del MSC, como deficiencias sensoriales y motoras, ataxia de la marcha, ausencia o disminución severa de reflejos tendinosos profundos y presencia de reflejos patológicos (signo de Babinski), debido a la deficiencia de vitamina B12.
Normalmente, estos síntomas van acompañados de demencia y/o síntomas psiquiátricos. Se debe sospechar que los pacientes que presenten síntomas de ataxia de la marcha, déficits motores o sensoriales junto con antecedentes de anemia perniciosa o anomalías gastrointestinales.
Los tumores espinales que comprimen la médula pueden causar síntomas similares a los del MCR. Otros diagnósticos que deben considerarse incluyen cualquier condición que pueda provocar compresión del cordón, como las mielopatías compresivas, no compresivas y crónicas.
¿Tienes más preguntas?
¿Cuáles son los primeros signos de mielopatía espondilótica cervical?
Los primeros signos de mielopatía espondilótica cervical (MCS) suelen incluir dolor de cuello, rigidez y cambios sutiles como hormigueo o entumecimiento en los brazos y manos. Los pacientes también pueden experimentar ligeros problemas de equilibrio o dificultades con tareas motoras finas, como abotonarse una camisa o escribir.
¿Qué tan rápido progresa la mielopatía espondilótica cervical?
La progresión de la CSM varía mucho entre individuos. Algunos pueden experimentar un rápido deterioro en su función, mientras que otros pueden presentar un inicio lento e insidioso de síntomas durante muchos años. El seguimiento regular y la intervención temprana son clave para gestionar eficazmente la enfermedad.
¿Pueden los cambios en el estilo de vida ayudar a controlar la mielopatía espondilótica cervical?
Sí, los cambios en el estilo de vida pueden desempeñar un papel importante en la gestión de la CSM. Mantener una buena postura, usar herramientas ergonómicas, evitar levantar peso y realizar ejercicios regulares de bajo impacto pueden ayudar a aliviar los síntomas y potencialmente ralentizar la progresión de la enfermedad.
¿Existen tratamientos no invasivos para la mielopatía espondilótica cervical?
Los tratamientos no invasivos para el CSM incluyen fisioterapia para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad, el manejo del dolor con medicamentos como AINEs o relajantes musculares, y modificaciones en el estilo de vida como mejorar la postura y usar collares cervicales para apoyar el cuello.
¿Cuándo es necesaria la cirugía para la mielopatía espondilótica cervical?
La cirugía se considera típicamente necesaria para la MSC cuando los síntomas son moderados a graves, cuando hay compresión significativa de la médula espinal visible en los estudios de imagen, o cuando los tratamientos no quirúrgicos no proporcionan un alivio adecuado. La cirugía tiene como objetivo descomprimir la médula espinal y estabilizarla.
¿Cuáles son los riesgos asociados a la cirugía para la mielopatía espondilótica cervical?
Como ocurre con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos asociados a la cirugía para el CSM. Estos pueden incluir infecciones, hemorragias, daños nerviosos, lesiones medulares, complicaciones por anestesia y la posible necesidad de más cirugías. Sin embargo, para muchos pacientes, los beneficios de la cirugía superan estos riesgos.
¿Qué éxito tiene la cirugía para la mielopatía espondilótica cervical?
La cirugía para CSM suele ser exitosa, con muchos pacientes experimentando un alivio significativo de los síntomas. El grado de recuperación puede variar dependiendo de la gravedad y duración de la compresión de la médula espinal antes de la cirugía, así como de la salud general del paciente.
¿Puede la mielopatía espondilótica cervical reaparecer tras una cirugía?
Aunque la cirugía tiene como objetivo descomprimir la médula espinal y estabilizarla, siempre existe la posibilidad de recurrencia. Factores como cambios degenerativos continuos en la columna o una descompresión inicial inadecuada pueden contribuir a la recurrencia de los síntomas.
¿Qué tipo de rehabilitación se requiere tras la cirugía?
La rehabilitación tras la cirugía para la CSM suele implicar fisioterapia para mejorar la movilidad del cuello, fortalecer los músculos y potenciar la función general. Esto puede incluir ejercicios guiados, corrección de postura y, posiblemente, terapia ocupacional para ayudar en las actividades diarias.
¿Cuánto tiempo tarda la recuperación tras una cirugía para la mielopatía espondilótica cervical?
El tiempo de recuperación tras la cirugía para la CSM varía, pero generalmente va de varias semanas a meses. La mayoría de los pacientes pueden volver a las actividades normales en un plazo de 3 a 6 meses, dependiendo del tipo y extensión de la cirugía, la salud del paciente y el cumplimiento de los protocolos de rehabilitación. La recuperación individual puede variar, y algunos pacientes pueden experimentar un regreso más rápido a las actividades normales, mientras que otros pueden tardar más en recuperarse completamente.
¿Cuáles son las posibles complicaciones si no se trata la mielopatía espondilótica cervical?
Si no se trata, la CSM puede provocar daños graves y permanentes en la médula espinal, resultando en déficits neurológicos significativos como dolor crónico, debilidad muscular pronunciada, pérdida de sensibilidad y gran dificultad para caminar o realizar actividades diarias. En casos extremos, puede derivar en parálisis o discapacidad grave.
¿Existen terapias alternativas para el manejo de la mielopatía espondilótica cervical?
Sí, terapias alternativas como la acupuntura, la quiropráctica y el yoga pueden proporcionar cierto alivio de los síntomas a ciertos pacientes. Sin embargo, estos deberían complementar, no reemplazar, los tratamientos médicos convencionales. Es fundamental hablar con un profesional sanitario sobre cualquier terapia alternativa para asegurarse de que sea segura y adecuada para la condición.
¿Puede la mielopatía espondilótica cervical afectar a otras partes de la columna?
Aunque la CSM afecta específicamente a la columna cervical, los procesos degenerativos que la causan también pueden afectar a otras partes de la columna, como las regiones torácica o lumbar. Esto puede provocar condiciones similares, como la espondilosis lumbar, que puede causar dolor lumbar y compresión nerviosa.
¿Es hereditaria la mielopatía espondilótica cervical?
Puede existir una predisposición genética a desarrollar enfermedades degenerativas espinales, incluyendo el MSC. Sin embargo, los factores ambientales, las elecciones de estilo de vida y los riesgos laborales también contribuyen significativamente al desarrollo de la condición.
¿Se puede prevenir la mielopatía espondilótica cervical?
Aunque el envejecimiento y los factores genéticos no pueden controlarse, ciertas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar MCS. Estos incluyen mantener un peso saludable, evitar fumar, practicar una buena postura, usar muebles y herramientas ergonómicas, y realizar ejercicio regular para fortalecer los músculos del cuello y la espalda.
¿Cómo afecta la mielopatía espondilótica cervical a la vida diaria?
La CSM puede afectar significativamente a la vida diaria al causar dolor, rigidez y déficits neurológicos. Estos síntomas pueden dificultar la realización de actividades rutinarias, afectar la productividad laboral y reducir la calidad de vida en general. En casos graves, puede provocar pérdida de independencia y la necesidad de ayuda para las tareas diarias.
¿Cuál es la diferencia entre espondilosis cervical y mielopatía espondilótica cervical?
La espondilosis cervical se refiere a los cambios degenerativos generales en la columna cervical, como la degeneración discal, la formación de espuelas óseas y el engrosamiento de ligamentos. La mielopatía espondilótica cervical ocurre cuando estos cambios comprimen la médula espinal, provocando síntomas neurológicos.
¿Puede la actividad física empeorar la mielopatía espondilótica cervical?
Las actividades físicas de alto impacto o extenuantes que sobrecargan el cuello pueden empeorar los síntomas del CSM. Es fundamental realizar ejercicios de bajo impacto, como nadar o caminar, y seguir los consejos médicos sobre actividades físicas seguras para evitar agravar la condición.
¿En qué se diferencia la mielopatía espondilótica cervical de una hernia discal?
Una hernia discal ocurre cuando el material interno blando de un disco sobresale a través de una rotura en la capa externa, comprimiendo potencialmente nervios cercanos o la médula espinal. La MCS implica cambios degenerativos más amplios que provocan compresión de la médula espinal por múltiples fuentes, como hernia discal, espolones óseos y engrosamiento de ligamentos.
¿Puede la mielopatía espondilótica cervical causar problemas cognitivos?
Aunque la CSM afecta principalmente a las funciones motoras y sensoriales, los casos graves pueden afectar indirectamente a la función cognitiva debido al dolor crónico, las molestias y la disminución de la calidad de vida, lo que puede provocar problemas como dificultad para concentrarse, problemas de memoria y estrés emocional.
¿Qué papel juega la edad en el desarrollo de la mielopatía espondilótica cervical?
La edad es un factor importante en el desarrollo del MCR, ya que los cambios degenerativos en la columna se producen de forma natural con el envejecimiento. Las personas mayores de 50 años tienen más probabilidades de experimentar estos cambios, lo que aumenta el riesgo de compresión de la médula espinal y CSM.
¿Se puede detectar la mielopatía espondilótica cervical mediante revisiones rutinarias?
El CSM puede no detectarse durante revisiones rutinarias a menos que se informen de síntomas específicos. Son necesarios exámenes neurológicos detallados y estudios de imagen, como resonancias magnéticas o TAC, para diagnosticar con precisión la MCS.
¿Qué avances se están logrando en el tratamiento de la mielopatía espondilótica cervical?
Los avances en el tratamiento de la CSM incluyen técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, tecnología de imagen mejorada para la detección precoz y la investigación en terapias regenerativas destinadas a reparar el daño medular y frenar la progresión de cambios degenerativos.
¿Cómo afecta la mielopatía espondilótica cervical a la salud mental?
El dolor crónico y la discapacidad causados por CSM pueden afectar significativamente a la salud mental, provocando ansiedad, depresión y disminución de la calidad de vida. El apoyo psicológico, la terapia y, en ocasiones, la medicación son necesarios para ayudar a gestionar estos problemas de salud mental.
¿Es seguro conducir con mielopatía espondilótica cervical?
Conducir puede ser complicado para personas con síntomas graves de CSM que afectan a la coordinación, la fuerza y los tiempos de reacción. Es fundamental consultar con un profesional sanitario para evaluar la seguridad al volante y, si es necesario, realizar ajustes o considerar alternativas para garantizar la seguridad.

