La espondilitis anquilosante (EA)-también conocida como enfermedad de Bechterew-es una forma crónica e inflamatoria de artritis que afecta principalmente a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas (donde la columna se une a la pelvis). Con el tiempo, la inflamación causa rigidez y puede provocar la fusión de las vértebras, con la consiguiente reducción de la flexibilidad y una postura encorvada hacia delante.
Con los tratamientos modernos, la progresión de la EA a menudo puede ralentizarse o detenerse, lo que permite a la mayoría de los pacientes llevar una vida activa y productiva.
¿Qué frecuencia tiene y quién la padece? (Epidemiología)
La espondilitis anquilosante suele afectar a adultos jóvenes de entre 15 y 45 años y es más frecuente en hombres que en mujeres. Suele ser hereditaria y está fuertemente asociada al marcador genético HLA-B27. Sin embargo, no todas las personas con este gen desarrollan EA. 
Sindesmofitos en la espondilitis anquilosante
Por qué ocurre – Causas (Etiología y Fisiopatología)
Se desconoce la causa exacta de la EA, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, autoinmunes y ambientales.
- El sistema inmunitario ataca por error a las propias articulaciones del cuerpo, sobre todo a las zonas donde los tendones y ligamentos se unen al hueso(entesis).
- Esto provoca inflamación, erosión ósea y, finalmente, formación de hueso nuevo, lo que conduce a la fusión (anquilosis) de las articulaciones.
- La enfermedad suele comenzar en las articulaciones sacroilíacas y progresar hacia arriba hasta afectar a la columna vertebral y, a veces, a las caderas, los hombros o las costillas.
¿Cómo funciona normalmente una parte del cuerpo? (Anatomía relevante)
La columna vertebral está formada por pequeños huesos llamados vértebras, separados por discos flexibles que permiten el movimiento. Las articulaciones facetarias conectan estos huesos, y los ligamentos y tendones unen los músculos a la columna vertebral.
En la EA, se produce una inflamación crónica en estos puntos de unión. Con el tiempo, el crecimiento de hueso nuevo hace de puente entre las articulaciones, creando una columna vertebral rígida y limitando la flexibilidad.
Lo que puedes sentir – Síntomas (presentación clínica)
Los síntomas habituales de la espondilitis anquilosante son:
- Lumbalgia crónica que mejora con la actividad y empeora con el reposo.
- Rigidez matutina de más de 30 minutos de duración.
- Dolor en las nalgas o las caderas, sobre todo alternando de un lado a otro.
- Fatiga y disminución de la flexibilidad de la columna vertebral.
- Postura encorvada o encorvada (cifosis) a medida que avanza la enfermedad.
- Dolor en el talón o en el pecho debido a una inflamación donde se unen los tendones.
- Inflamación de los ojos (uveítis): Enrojecimiento, dolor o visión borrosa.
En casos avanzados, puede fusionarse toda la columna vertebral, lo que provoca una posición inclinada hacia delante (deformidad «barbilla sobre pecho») y una expansión pulmonar restringida.
¿Cómo encuentran el problema los médicos? (Diagnóstico e imagen)
El diagnóstico se basa en una combinación de síntomas clínicos, pruebas de laboratorio y pruebas de imagen:
- Exploración física: Comprueba la rigidez de la columna vertebral, la limitación del movimiento y la expansión del tórax.
- Análisis de sangre: La VSG y la PCR elevadas indican inflamación; el HLA-B27 confirma la asociación genética.
- Radiografías: Muestran erosión de la articulación sacroilíaca, calcificación y sindesmofitos (puentes óseos).
- RESONANCIA MAGNÉTICA: Detecta la inflamación precoz de las articulaciones sacroilíacas antes de que aparezcan cambios en las radiografías.
- Tomografía computarizada: Proporcionan vistas detalladas de la fusión ósea y las deformidades.
Clasificación
Los Criterios de Nueva York Modificados para diagnosticar la EA incluyen:
- Criterios radiológicos: Sacroileítis bilateral (grado ≥2) o unilateral (grado ≥3).
- Criterios clínicos:
- Lumbalgia >3 meses que mejora con el ejercicio pero no con el reposo.
- Movimiento limitado de la columna lumbar.
- Expansión torácica reducida.
La EA se diagnostica cuando se cumple el criterio radiológico y al menos uno clínico.
Otros problemas que pueden parecer similares (diagnóstico diferencial)
- Lumbalgia mecánica
- Artritis reumatoide
- Artritis psoriásica
- Hiperostosis esquelética idiopática difusa (DISH)
- Infecciones o fracturas de la columna vertebral
Opciones de tratamiento
Cuidados no quirúrgicos
El tratamiento médico es la base del tratamiento de la espondilitis anquilosante.
- Medicamentos:
- AINE: Tratamiento de primera línea para el dolor y la inflamación.
- FAME (fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad): Como la sulfasalazina o el metotrexato para la afectación articular periférica.
- Biológicos (inhibidores del TNF o de la IL-17): Para la enfermedad de moderada a grave que no responde a otros medicamentos.
- Corticoesteroides: Utilizados a corto plazo para controlar los brotes.
- Fisioterapia y ejercicio:
- Los ejercicios de estiramiento y postura mantienen la flexibilidad.
- Los ejercicios de respiración profunda mejoran la capacidad pulmonar.
- La natación y el yoga ayudan a reducir la rigidez.
- Modificaciones del estilo de vida:
- Mantén una buena postura.
- Evita fumar: empeora los síntomas pulmonares y de la columna vertebral.
- Mantén un peso saludable para reducir el estrés de la columna vertebral.
Atención quirúrgica
Se considera la cirugía cuando hay:
- Deformidad grave o fusión vertebral que limita la visión y la postura.
- Dolor persistente que no responde a la medicación.
- Compresión nerviosa o fracturas.
Los procedimientos habituales son:
- Osteotomía vertebral: cirugía de corte del hueso para corregir una deformidad.
- Fusión espinal con instrumentación: Estabiliza la columna vertebral y restablece la alineación.
- Sustitución articular: Para afectación grave de cadera u hombro.
Recuperación y qué esperar después del tratamiento
Con medicación y fisioterapia, la mayoría de los pacientes experimentan un alivio significativo del dolor y una mejora de la movilidad.
Tras la intervención, los pacientes suelen recuperar la postura erguida y una mayor capacidad respiratoria. La fisioterapia continúa en el postoperatorio para mantener la flexibilidad y evitar la rigidez.
Posibles riesgos o efectos secundarios (complicaciones)
Pueden surgir complicaciones de la enfermedad o de su tratamiento:
- Fracturas vertebrales por debilitamiento de los huesos.
- Deformidad grave de la columna vertebral (cifosis).
- Inflamación ocular (uveítis).
- Complicaciones cardíacas o pulmonares por inflamación crónica.
- Efectos secundarios de la medicación: Irritación gástrica, riesgo de infección o toxicidad hepática.
Perspectivas a largo plazo (pronóstico)
Aunque no existe cura, las terapias modernas ralentizan considerablemente la progresión de la enfermedad. Con un tratamiento constante, muchos pacientes mantienen una actividad normal y la flexibilidad de la columna vertebral. El diagnóstico precoz y el tratamiento activo mejoran los resultados a largo plazo y reducen la discapacidad.
Gastos de bolsillo
Medicare
Código CPT 22800 – Fusión Espinal: 332,53 $
Código CPT 22212 – Osteotomía (Corrección de Deformidades): $369.99
Código CPT 22842 – Instrumentación (Barras, Tornillos, Placas – 3-6 Segmentos): $185.26
Según Medicare, el 80% del importe aprobado para estos procedimientos está cubierto una vez alcanzada tu franquicia anual. Los pacientes son responsables del 20% restante. Los planes de seguros complementarios -como Medigap, AARP o Blue Cross Blue Shield- suelen cubrir esta parte restante, lo que significa que la mayoría de los pacientes tienen pocos o ningún gasto de bolsillo por las intervenciones quirúrgicas de columna vertebral aprobadas por Medicare. Estos planes complementarios se coordinan directamente con Medicare, garantizando una cobertura completa de los procedimientos complejos de corrección de deformidades de la columna vertebral, como fusión, osteotomía e instrumentación.
Si tienes un seguro secundario -como los Planes Patronales, TRICARE o la Administración Sanitaria de Veteranos (VHA)-, actúa como pagador secundario después de que Medicare haya tramitado tu solicitud. Una vez satisfecha tu franquicia, estas pólizas secundarias pueden cubrir cualquier coseguro restante o saldo residual. La mayoría de los planes secundarios tienen una pequeña franquicia, normalmente entre 100 y 300 $, dependiendo de tu plan y de si la intervención se realiza dentro de la red.
Indemnización por accidente laboral
Si tu deformidad o inestabilidad vertebral que requiere corrección se desarrolló a raíz de una lesión o esfuerzo repetitivo en el lugar de trabajo, la Indemnización por accidente laboral pagará todos los gastos médicos y quirúrgicos relacionados, incluida la fusión, la osteotomía y la colocación de herrajes. No tendrás ningún gasto de tu bolsillo en virtud de una reclamación de Indemnización Laboral aprobada.
Seguro Sin Culpa
Si tu deformidad o inestabilidad vertebral fue causada o agravada por un accidente de automóvil, el Seguro Sin Culpa cubrirá todos los gastos quirúrgicos y hospitalarios necesarios, incluida la osteotomía, la fusión y la instrumentación. El único cargo potencial puede ser una pequeña franquicia, según las condiciones de tu póliza individual.
Ejemplo
Jonathan, un paciente de 65 años con deformidad e inestabilidad de la columna vertebral, se sometió a una fusión vertebral (CPT 22800), una osteotomía (CPT 22212) y una instrumentación (CPT 22842) para restablecer la alineación de la columna vertebral. Sus gastos de bolsillo de Medicare fueron de 332,53 $, 369,99 $ y 185,26 $, respectivamente. Como tenía un seguro complementario a través de Blue Cross Blue Shield, el 20% restante no pagado por Medicare quedó totalmente cubierto, por lo que no tuvo que pagar nada de su bolsillo por la operación.
Preguntas más frecuentes (FAQ)
Q. ¿Qué es la espondilitis anquilosante?
R. Es una artritis inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, y que provoca dolor, rigidez y, en algunos casos, fusión vertebral.
Q. ¿Quién tiene más probabilidades de padecer espondilitis anquilosante?
R. Los adultos jóvenes de entre 15 y 45 años, sobre todo los hombres con el marcador genético HLA-B27.
Q. ¿Es curable la espondilitis anquilosante?
R. No, pero los tratamientos modernos -especialmente los medicamentos biológicos- pueden ralentizar o detener la progresión de la enfermedad y mejorar mucho la calidad de vida.
Q. ¿Puede ayudar el ejercicio a la espondilitis anquilosante?
R. Sí. Los ejercicios regulares de estiramiento y fortalecimiento mejoran la flexibilidad, la postura y la capacidad respiratoria.
Resumen y conclusiones
La espondilitis anquilosante (EA) es una artritis inflamatoria que causa rigidez, dolor y fusión de la columna vertebral. Afecta con mayor frecuencia a adultos jóvenes, pero puede controlarse eficazmente con un diagnóstico y tratamiento precoces. Los medicamentos biológicos modernos, la fisioterapia y, cuando es necesario, la cirugía pueden mejorar significativamente la movilidad y la calidad de vida.
Perspectiva clínica y hallazgos recientes
Una revisión reciente proporcionó una comprensión actualizada de los mecanismos patogénicos de la espondilitis anquilosante (EA), haciendo hincapié en la interacción de factores genéticos, inmunitarios, ambientales y hormonales. El estudio identificó el antígeno HLA-B27 como el principal factor genético, presente en más del 80% de los pacientes con EA, y detalló cómo su mal plegamiento en el retículo endoplásmico desencadena vías inflamatorias como el NF-κB y la IL-23/IL-17. Otros genes, como ERAP1, RUNX3 e IL23R, contribuyen además a la desregulación inmunitaria al alterar el procesamiento del antígeno y la diferenciación de las células T.
Se demostró que factores ambientales como la disbiosis intestinal, en particular el crecimiento excesivo de especies de Ruminococcus gnavus y Clostridium, activan la inmunidad innata y la producción intestinal de IL-23, vinculando la inflamación intestinal a la enfermedad articular. La tensión mecánica en los puntos de inserción de tendones y ligamentos (entesis) promueve la liberación local de citocinas y la remodelación ósea, mientras que el eje IL-23/IL-17 impulsa tanto la erosión ósea como la formación anormal de hueso nuevo.
La revisión también destacaba el papel del déficit de vitamina D y de las hormonas sexuales en la actividad de la enfermedad, observando una mayor prevalencia y gravedad en los hombres. Estos datos sugieren que la EA es el resultado de un desequilibrio inmunitario multifactorial y apuntan a que los tratamientos personalizados dirigidos al sistema inmunitario son el futuro del tratamiento de la enfermedad. (Estudio de las vías patogénicas en la espondilitis anquilosante – Ver PubMed.)
¿Quién realiza este tratamiento? (Especialistas y equipo implicado)
La espondilitis anquilosante la trata un equipo formado por cirujanos ortopédicos de columna, reumatólogos, especialistas en el tratamiento del dolor y fisioterapeutas que trabajan juntos para reducir la inflamación y preservar la movilidad.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Consulta a un especialista si experimentas:
- Dolor de espalda crónico que mejora con la actividad pero empeora en reposo.
- Rigidez que dura más de 30 minutos por la mañana.
- Flexibilidad reducida o dificultad para mantenerse erguido.
- Enrojecimiento o dolor ocular con visión borrosa.
¿Cuándo acudir a urgencias?
Busca atención médica inmediata si desarrollas
- Pérdida repentina de movilidad o dolor de espalda intenso tras un traumatismo mínimo.
- Cambios en la visión o dolor ocular (posible uveítis).
- Pérdida de sensibilidad o debilidad en las piernas.
¿Cómo es realmente la recuperación?
Con un tratamiento constante, la mayoría de los pacientes mantienen una movilidad de la columna y unos niveles de actividad casi normales. Tras la intervención, los pacientes experimentan una mejora de la alineación y la respiración, y la rehabilitación continúa durante varios meses.
¿Qué ocurre si lo ignoras?
La EA no tratada puede provocar una fusión permanente de la columna vertebral, deformidad grave, respiración restringida y complicaciones cardiacas u oculares. El tratamiento precoz evita estas consecuencias.
¿Cómo prevenirlo?
Aunque la EA no puede prevenirse, la detección precoz y el tratamiento ralentizan la progresión. Mantener la postura, hacer ejercicio con regularidad y evitar fumar son medidas preventivas clave.
Nutrición y salud ósea o articular
Una dieta rica en calcio, vitamina D y alimentos antiinflamatorios, como las verduras de hoja verde y el pescado, favorece la salud ósea. Mantener un peso saludable reduce la tensión de la columna vertebral.
Modificaciones de la actividad y del estilo de vida
Haz ejercicios de bajo impacto, como nadar, yoga y caminar, para mantener la flexibilidad. Concéntrate en una buena postura y utiliza muebles ergonómicos. Evita permanecer sentado mucho tiempo y practica estiramientos diarios.
¿Tienes más preguntas?
¿Cuáles son los primeros signos de la espondilitis anquilosante?
Los primeros signos de la espondilitis anquilosante incluyen dolor de espalda crónico y rigidez, sobre todo en la zona lumbar y las caderas, que empeora por la mañana o tras periodos de inactividad. Otros síntomas tempranos pueden ser fatiga y dolor en los hombros, el cuello u otras articulaciones.
¿Cómo afecta la espondilitis anquilosante a las actividades cotidianas?
La EA puede dificultar las actividades cotidianas debido al dolor, la rigidez y la reducción de la flexibilidad. Las tareas que implican agacharse, levantar objetos o torcerse pueden resultar difíciles. Mantener una buena postura y utilizar herramientas ergonómicas puede ayudar a afrontar estos retos.
¿Existen ejercicios específicos recomendados para las personas con EA?
Sí, los ejercicios que mejoran la flexibilidad, la fuerza y la postura son beneficiosos. La natación, el yoga y los ejercicios de estiramiento son especialmente recomendables. Es importante trabajar con un fisioterapeuta para desarrollar un plan de ejercicios personalizado.
¿Puede la dieta influir en los síntomas de la EA?
Aunque no se ha demostrado que ninguna dieta específica cure la EA, mantener una dieta sana y equilibrada puede ayudar a controlar los síntomas. Los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado, y los alimentos antiinflamatorios, como la fruta y la verdura, pueden ser beneficiosos.
¿Cómo afecta el síndrome de Asperger al sueño y qué se puede hacer para mejorarlo?
El SA puede afectar al sueño debido al dolor y las molestias. Utilizar un colchón firme, mantener una buena higiene del sueño y controlar el dolor con medicamentos o terapia de frío/calor antes de acostarse puede mejorar la calidad del sueño.
¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la espondilitis anquilosante?
Los efectos a largo plazo pueden incluir dolor crónico, fusión vertebral, movilidad reducida y postura encorvada. También pueden producirse complicaciones como uveítis, cardiopatías y problemas pulmonares si la enfermedad no se trata adecuadamente.
¿Puede diagnosticarse erróneamente la espondilitis anquilosante?
Sí, la EA puede diagnosticarse erróneamente, sobre todo en sus primeras fases, porque sus síntomas se solapan con otros tipos de dolor de espalda y artritis. Una evaluación médica exhaustiva, que incluya pruebas de imagen y genéticas, es esencial para un diagnóstico preciso.
¿Existe una prueba genética para la espondilitis anquilosante?
Sí, las pruebas del gen HLA-B27 pueden apoyar el diagnóstico de EA. Sin embargo, tener el gen HLA-B27 no significa necesariamente que vayas a desarrollar EA, y no todas las personas con EA son portadoras de este gen.
¿Qué papel desempeñan los medicamentos biológicos en el tratamiento de la EA?
Los medicamentos biológicos se dirigen a componentes específicos del sistema inmunitario para reducir la inflamación. Suelen utilizarse cuando otros tratamientos, como los AINE, no son eficaces. Algunos ejemplos son los inhibidores del TNF y los inhibidores de la IL-17
¿Las mujeres pueden padecer espondilitis anquilosante y sus síntomas son diferentes de los de los hombres?
Sí, las mujeres pueden padecer EA. Aunque es más frecuente en los hombres, las mujeres pueden experimentar síntomas similares, aunque pueden tener más afectación articular periférica (como las rodillas y las muñecas) y menos fusión vertebral en comparación con los hombres.
¿Con qué frecuencia debe acudir al médico una persona con EA?
Es importante realizar seguimientos regulares con un reumatólogo o un traumatólogo. La frecuencia de las visitas puede variar según la gravedad de los síntomas y el plan de tratamiento, pero normalmente se recomienda cada 3-6 meses.
¿Existen opciones quirúrgicas para la EA, y cuándo se consideran?
Se considera la cirugía cuando hay lesiones articulares graves, deformidades de la columna vertebral o cuando los tratamientos conservadores no alivian los síntomas. Los procedimientos pueden incluir la sustitución articular o la cirugía de la columna vertebral para corregir deformidades graves.
¿Qué cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas de la EA?
Hacer ejercicio con regularidad, mantener una buena postura, dejar de fumar y controlar el estrés pueden ayudar a controlar los síntomas de la EA. Además, seguir una dieta sana y mantener un peso saludable son beneficiosos.
¿Puede afectar el embarazo a la espondilitis anquilosante?
El embarazo puede afectar a los síntomas de la espondilitis anquilosante: en algunas mujeres disminuyen, mientras que en otras aumentan. Es importante colaborar estrechamente con los profesionales sanitarios para controlar la EA durante el embarazo.
¿Se considera la espondilitis anquilosante una discapacidad?
La AS puede considerarse una discapacidad, sobre todo si afecta significativamente a las actividades cotidianas y al trabajo. El derecho a las prestaciones por discapacidad varía según el país y los criterios específicos.
¿Qué avances se están realizando en el tratamiento de la EA?
Se está investigando para comprender mejor los factores genéticos y ambientales de la EA. Los avances en medicamentos biológicos y el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a vías inmunitarias específicas son prometedores.
¿Pueden ayudar las terapias alternativas con los síntomas de la EA?
Algunas personas encuentran alivio con terapias alternativas como la acupuntura, los masajes y los cuidados quiroprácticos. Sin embargo, deben complementar, no sustituir, a los tratamientos médicos convencionales.
¿Cómo afecta el síndrome de Asperger a la salud mental y qué se puede hacer al respecto?
El dolor crónico y la discapacidad de la EA pueden provocar depresión y ansiedad. El apoyo a la salud mental mediante asesoramiento, grupos de apoyo y medicación pueden ser aspectos importantes de la atención integral.
¿Cuál es el pronóstico de una persona con EA?
El pronóstico varía. Con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, muchas personas con EA pueden llevar una vida productiva. Sin embargo, sin tratamiento, la espondilitis anquilosante puede provocar complicaciones graves y reducir la calidad de vida.
¿Los niños pueden desarrollar espondilitis anquilosante?
Sí, la EA puede empezar en la infancia, una afección conocida como espondilitis anquilosante juvenil. Los síntomas en los niños pueden incluir dolor y rigidez en la columna vertebral y las articulaciones periféricas.
¿Cómo afecta la espondilitis anquilosante a la vida laboral?
El SA puede afectar a la vida laboral limitando la movilidad y causando dolor crónico. Ajustes como puestos de trabajo ergonómicos, horarios flexibles y descansos regulares pueden ayudar a controlar los síntomas.
¿Puede la fisioterapia por sí sola controlar los síntomas de la EA?
La fisioterapia es una parte crucial del tratamiento de la EA, pero suele combinarse con medicamentos y otros tratamientos para un control óptimo de los síntomas.
¿Cuáles son los signos de advertencia de que el síndrome de Asperger está empeorando?
El empeoramiento de los síntomas de la EA incluye un aumento del dolor y la rigidez, una reducción de la amplitud de movimiento, nuevos dolores articulares, enrojecimiento o dolor ocular y síntomas de afectación cardíaca o pulmonar. Es importante que se los comuniques rápidamente a tu médico.
¿Existen posturas específicas para dormir que puedan ayudar con el dolor del SA?
Dormir boca arriba con un colchón firme y evitar las almohadas bajo el cuello o las rodillas puede ayudar a mantener una posición neutra de la columna. Algunas personas también encuentran alivio durmiendo de lado con una almohada entre las rodillas.
¿Cómo influye el estrés en la espondilitis anquilosante?
El estrés puede exacerbar los síntomas de la EA al aumentar la inflamación y la sensibilidad al dolor. Las técnicas de control del estrés, como la atención plena, los ejercicios de relajación y la actividad física, pueden ayudar a reducir el impacto del estrés en la EA.

